En conversación con
ESTRATEGIA, el doctor en Economía de la U. de Oxford y académico de la U. de
Cambridge, criticó que el programa de Michelle Bachelet no integre un mayor
royalty a la minería. Advirtió que podría requerirlo.
—¿Qué cambios sociales y económicos espera de un
eventual gobierno de Michelle Bachelet?
—Michelle Bachelet ya sabe que,
de ganar, el país que recibe tiene poco que ver con el que ya gobernó. Su
programa, en cambio, si bien avanza en algunas materias, no da el ancho para
esta nueva realidad. Las eternas excusas de por qué no puede haber en Chile,
país de ingreso medio alto, una educación universitaria de calidad y gratuita,
una salud pública de país civilizado, una protección seria de los consumidores,
menor desigualdad, nadie bajo la línea de la pobreza, descentralización seria,
la recuperación de recursos como el agua de las lluvias, etc., ya no las creen
ni los que las pregonan.
—¿Cuál es su mirada sobre el alto nivel
de concentración en distintos sectores de nuestra economía?
—Re-energizar la competencia es un gran desafío. Lo que muchos economistas
no entienden, es que el capitalismo sin competencia tiende a ser tan
ineficiente como el comunismo burocrático. La dinámica del esquema viene de la
competencia; el problema es que si existe de verdad, los privados sólo ganan el
retorno a su inversión. Por eso, siempre se busca crear rentas artificiales a
través de la concentración oligopólica.
—¿Qué consecuencias tiene para Chile este fenómeno?
—Como dijo un ex-presidente de
la Sofofa, Chile es una economía de mercado sólo en nombre. En realidad es una
de grupos de mercado. Y el resultado lo sufrimos, día a día, la mayoría de los
chilenos. Un ejemplo es internet. Según la OCDE, en Chile pagamos el doble que
el promedio, pero sólo obtenemos la mitad de la velocidad. Esto pasa sólo por
falta de competencia y poca regulación.
—¿Cuánto incide la necesidad de tener
empresas globalmente competitivas, como se argumenta en este contexto?
—Miren a Corea, donde también hay empresas muy grandes, pero un
Estado que se preocupa de verdad de la competencia interna. La inversión
privada histórica es casi el doble que en América Latina, pero el 10% más rico
allá se lleva sólo la mitad de la proporción del ingreso. Aquí pueden obtener
el doble del ingreso por la mitad del esfuerzo. Ese discurso es sólo defensa de
intereses rentistas; mandarines de grupos económicos, con doctorados en las
mejores universidades, tratando de darle racionalidad a la ineficiencia.
—Usted ha criticado el royalty minero,
¿a qué nivel debiese llegar?
—Si se quiere tener mineras extranjeras en el cobre -algo para
nada obvio si es sólo para que se molesten en producir el rudimentario
concentrado- es razonable esperar que ellas quieran ganar entre 10% y 20% anual
sobre su inversión. Sin embargo, en los últimos 7 años se han llevado cada año
un retorno mayor al 100% de todo lo invertido desde que llegaron.
—El programa de Bachelet no plantea nada en este sentido...
—¡Ni siquiera menciona la
palabra royalty! Con un precio de US$ 3,3, más del doble que el 2009 y el
triple del promedio histórico, nuestra economía ya tiene un déficit de cuenta
corriente del 5% del PIB, y contando. ¿Se imagina si el precio vuelve a niveles
normales? No se extrañe si el próximo gobierno, digan lo que digan en la
campaña, se vea forzado a colocar un royalty de verdad.
Publicado en Enstrategia.cl
Jueves 14 de Noviembre 2013
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